La paz de los sepulcros

La guerra de Putin hoy ayuda a clarificar ideas sobre asuntos que flotaban en una nebulosa de confusión. La postura favorable al asesino ruso de regímenes como el de China e Irán revelan la camaradería entre la extrema izquierda y la extrema derecha; revelan la inutilidad de esa nomenclatura obsoleta en la política de hoy; ocultan el hecho perceptible de que ambos extremos hoy se funden en la definición general de fascismo.

Desprovisto de ideologías que en sus tiempos intentaron dar al fascismo un barniz intelectual, el fascismo aparece hoy desnudo como simple tendencia. El fascismo tiende a un único fin que es la conquista y conservación a toda costa del poder. Luego a la hora de reconocerlo y entenderlo, ya no hace falta analizar el sentido de su circulación. Por la derecha o por la izquierda, el fascismo se caracteriza por carecer de un programa fiel a una determinada ideología. La fidelidad se reserva para un líder o para un partido. ¿Para qué torturar a los estudiantes de Ciencias Políticas con el estudio de diversos tipos de dictaduras? Esas vueltas de trompo solo tienen sentido en las clases de historia. En una época en que la simplificación, la abreviatura se valoran como nunca por su capacidad de acortar el tiempo, la palabra fascismo puede servir para nombrar toda tendencia a gobernar o aspirar al gobierno de líderes y partidos dispuestos a silenciar a los ciudadanos, a privarles de toda libertad que no sea la de venerar al líder y al partido para que esos líderes y partidos puedan llevar a cabo sin obstáculos lo que les parezca bien.

El fenómeno Putin sirve de muestra. La adhesión a Putin y su Rusia por parte de partidos y líderes del mundo entero que exhiben etiqueta de lo que hoy se sigue llamando izquierda, produciría, por esperpéntica, hilaridad si no fuera por la tragedia que encubren.¿Cómo se explica esa adhesión, abierta o camuflada con falacias, a un plutócrata que ha utilizado su poder para enriquecerse y que lo conserva gracias a los oligarcas que con él se han enriquecido? La situación política y social de Rusia, ¿tiene hoy algo en común con la Rusia de la revolución bolchevique? ¿Hay quien se atreva hoy a decir que Vladimir Putin es comunista? Tal vez algún viejo comunista que se aferra al pasado para ignorar que el tiempo sigue corriendo y que no hay quien lo pare. Tal vez esos todavía jóvenes a quienes la propaganda ha metido en la cabeza que los Estados Unidos de América son el infierno en el que moran todos los demonios de este mundo. Lo que también responde a ignorancia anacrónica. Los Estados Unidos tienen hoy un gobierno progresista que lucha como puede contra el capitalismo salvaje, a favor de la igualdad social y de los derechos de la mujer. Pero quienes se han quedado con la imagen de una potencia mundial que utilizaba su poder para derribar gobiernos democráticos y entronizar dictadores, se niegan a aceptar que de los Estados Unidos pueda salir algo bueno, por lo que la lógica del asunto es muy sencilla; si el presidente americano está contra Putin, Putin tiene que ser un buen gobernante que no se puede equivocar. 

Las equivocaciones de Putin han costado hasta hoy cientos de miles de muertos y heridos y millones de desplazados en un país que se vio invadido por los ejércitos rusos sin ningún tipo de provocación. Dicen los expertos en falacias y desinformación que Rusia se vio amenazada por la proximidad de la OTAN, como si la OTAN pudiera desplazarse a las fronteras rusas practicando marcha atlética. Ni Ucrania ni Bosnia-Herzegovina ni Suecia ni Finlandia ni Georgia pertenecen a la OTAN aunque algunos solicitaron entrar después del ataque de Rusia a Ucrania. Dicen esos expertos que en la OTAN mandan los Estados Unidos sin tener en cuenta la absoluta independencia de los países de la Unión Europea que se manifestó durante el gobierno del fascista Donald Trump; fascista de lo que aún se llama extrema derecha que confesó un amor arrebatado por el dictador de Corea del Norte y una profunda admiración por Vladimir Putin, dicho sea de paso. Y dicho sea de paso también, Donald Trump juró odio eterno a Zelensky, el presidente que intentó limpiar a Ucrania de la basura que había dejado su anterior presidente, títere de Rusia. Y le juró odio eterno por conversación telefónica en la que  pidió a Zelensky que le «hiciera el favor» de vincular al hijo de Joe Biden a la corrupción ucraniana. Zelensky le dijo que no. 

Incapaces de convencer a la mayoría de los ciudadanos con mentiras, los que intentan favorecer a Rusia y a Putin han optado por una falacia incontestable: predicar la paz a toda costa. Hasta el día de hoy, Putin manifiesta a todas horas con indiscutible claridad que solo aceptará la paz a cambio de agregar a Rusia territorio ucraniano. ¿Qué piden, entonces, los que predican la paz? Piden quedar como santos defensores de la armonía universal caiga quien caiga. ¿Y si el que cae es un país inocente con millones de personas inocentes? ¿Qué vale más, un país o la armonía en todo el ancho mundo? ¿Y si millones de personas inocentes valoran su libertad más que a la armonía? Para el fascismo no vale la opinión de millones de personas porque si se da voz a los ciudadanos, no dejan gobernar. Pero entre los que siguen o complacen o blanquean a Putin hay gente de las llamadas derechas e izquierdas. Entonces, ¿todos son fascistas? No hay ningún líder ni partido que hoy acepte que le señalen con la palabra fascista. Todos se camuflan con falacias y su éxito depende de la cantidad de ignorantes y desinformados que logren convencer. 

Para no dejarse convencer como niños inconscientes, hoy en día no hace falta tener estudios superiores. Basta con informarse un poco, oír y reflexionar sobre lo que se ha oído. Hasta los niños se dan cuenta cuando un adulto les quiere engañar. Por eso los fascistas, de cualquier dirección, niegan a los ciudadanos la libertad de informarse, como acaban negándoles la libertad de vivir según los dictados de su propia conciencia. Para ellos, la armonía ideal consiste en la paz de los sepulcros.              

Publicado por MARIA MIR-ROCAFORT - WEB

Bloguera. Columnista

5 comentarios sobre “La paz de los sepulcros

  1. Precisamente hoy, 21 de febrero de 2023, a dos días de cumplirse el primer aniversario de la invasión de las tropas de Putin en Ucrania, 24 de febrero de 2022.
    A bombo y platillo se anunció para hoy la comparecencia de Putin en la Asamblea Federal de Rusia para dar cuenta del estado de la nación.
    Un discurso soporífero del que caabe destacar sus ataques a Occidente, fuente de todos los males, pedófilos y homosexuales, decadentes y desintegradores del concepto familia.
    Lo del Occidente decadente y cuna de todas las maldades suena mucho al argumentario de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, la URRSS.
    Dijo también que rompía unilateralmente el Tratado Nuevo Star de desarme nuclear.
    El ministrio de Asuntos Exteriores rusos ha matizado después que lo «congelaba» temporalmente, eufemismo que vaya usted a saber que quiere decir realmente, ya que en su comparecencia Putin volvió a amenazar con utilizar armas nucleares.
    Después de un año de miles de muertos, heridos y desplazados, Rusia insiste en asegurar que ellos nunca serán derrotados en el campo de batalla.
    A estas alturas de nuestra civilización oír las bravatas del autócrata Vladimir nos retrotae a tiempos no tan lejanos, a unos años oscuros y terroríficos que sembraron de muerte y desolación a la vieja Europa.
    El mundo nunca había estado tan amenazado como ahora, como desde el día 24 de febrero de 2022, el día en que, lo que parecía imposible, ocurrió ¿Tenemos alguna garantía de que las armas nucleares no entren en acción? Creo que no, no tenemos esa garantía, y eso, precisamente eso, es lo que hace que el Armageddon sea una posibilidad real.
    Malditas sean las guerras y los canallas que las hacen (Julio Anguita).

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  2. Recomiendo esta lectura que las cosas no son lo que parecen y nunca lo que los medios nos cuentan: Una chaladura suicida en CTXT
    Este mes se cumplen sesenta años de la crisis de los misiles en Cuba. Hoy nos acercamos hacia algo parecido, pero la opinión pública está en la inopia

    Rafael Poch

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  3. La paz en Ucrania: hoy más difícil que ayer, pero menos que mañana
    • La lógica de los hechos consumados se impone en cada conflicto militar, nos obliga a pasar de pantalla al ritmo de las armas e invalida toda propuesta que no pase por más guerra.

    Isaac Rosa en el diario.es

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