La victoria del voto

Este artículo viene a ser una continuación de mi artículo anterior. Lo escribo dos días después para compartir una alegría. 

Raphael Warnock ha ganado la segunda vuelta de las elecciones a senador de Georgia. ¿Por qué tendría que interesar a los españoles una noticia sobre el sur profundo de los Estados Unidos? ¿Por qué tendría que interesarme tanto a mi? Empecé mi artículo de hace dos días  presentando las elecciones de Georgia como un ejemplo del trastorno que aqueja a millones de votantes y que amenaza a la democracia en todos los países en los que la democracia garantiza la libertad. El ejemplo tenía valor universal. Hoy me ha animado el alma el corto y sencillo discurso de Warnok agradeciendo su victoria y hoy quiero compartir unas frases suyas que también valen para el mundo entero.  La esperanza vence siempre cuando cuenta con la asistencia de la razón y la voluntad de luchar contra los malos agüeros de quienes, por diversas razones, prefieren ver todo mal.

A las elecciones a senador por el estado de Georgia, el Partido Republicano presentó de candidato a Hershel Walker, ex estrella del fútbol americano. Por varias razones que expliqué en mi artículo anterior, Walker demostró durante toda la campaña su absoluta ineptitud, no solo para acceder al senado, sino para el desempeño de cualquier profesión que requiriera un mínimo esfuerzo intelectual. Lo único que validaba su candidatura era el patrocinio, descaradamente entusiasta, de Donald Trump; patrocinio que carecía de explicación racional alguna. En los últimos días de su campaña, la ineptitud de Walker se hizo tan patente y risible que acabó sugiriendo un motivo tan oscuro e inmoral que ni el más valiente de los analistas se atrevió a manifestar en público. Hershel Walker es negro. Perorando con el acento y el tono que se utilizaba en el cine hasta no hace mucho para ridiculizar a los negros de baja extracción, Walker convertía sus mítines en payasadas para provocar la risa del personal. ¿Por qué Donald Trump, convencido y público supremacista blanco, se empeñó en convertir a Walker en candidato al Senado? Con esa candidatura mataba dos pájaros de un tiro. En primer lugar, ventilaba la inferioridad de los negros y lo que podía esperarse de los negros si se les daba poder. En segundo lugar, Trump demostraba que tenía razón al escribir en su red social que se consideraba con derecho a hacer lo que quisiera. La candidatura de un negro casi analfabeto demostraba que ni todo un Partido Republicano, con más de cien años de historia empezando por Abraham Lincoln, podía oponerse a sus caprichos de Calígula. Si ese negro casi analfabeto ganaba las elecciones -y Trump estaba seguro de que, con su nombre de por medio, las iba a ganar- su presencia en el Senado demostraría lo perjudicial de la democracia. Pero además, y lo más importante, el mundo entero reconocería el poder omnipotente de Donald Trump, y los Estados Unidos de América recuperarían su poder imperial bajo la férula del emperador que había sido capaz de destruir la democracia más longeva del mundo. 

Las elecciones al Senado de los Estados Unidos por Georgia las ganó ayer el candidato del Partido Demócrata, Raphael Warnock; un negro con varios titulos, entre ellos, un doctorado en Filosofía; pastor de la Iglesia Bautista que había sido regentada por Martin Luther King; con un año de experiencia en el Senado. Los mítines de Warnock no eran sermones, como podría esperarse de un pastor. Warnock enumeraba y explicaba los diversos problemas que aquejan a  sus compatriotas de Georgia, sin distinción de razas ni de estatus social, y se comprometía a utilizar el gran poder del Senado americano para promover soluciones a esos problemas. Quien le escuchara con atención sabía que no soltaba promesas hueras por propaganda. Durante el año escaso que estuvo en el Senado, Warnock no dejó de trabajar por los intereses de los ciudadanos, y no solo por los ciudadanos de Georgia. Warnock participó en la consecución de un bipartidismo sin precedentes para que se aprobaran leyes sociales y estructurales que paliaran la difícil situación económica que atraviesa su país, como todos los países del mundo. 

Pues bien, todas las encuestas predecían un empate entre Walker y  Warnock, solo explicable porque Warnock no podía competir con la ex estrella de fútbol americano en materia de diversión. Entonces, ¿qué pasó? Lo dijo Warnock en el discurso, totalmente improvisado, en el que agradeció su victoria: «La gente, una vez más, se alzó en una coalición de conciencia multiracial y multireligiosa«, dijo, y dijo más: «Un voto es una especie de oración por el mundo que queremos para nosotros mismos y para nuestros hijos. Votar es la fe puesta en acción«. No se refería a la oración y a la fe como asuntos religiosos porque añadió: «Y si no sois dados a esa clase de lenguaje religioso, está muy bien. Nuestra tienda es muy amplia. Pongámoslo, simplemente, de esta manera. Cada uno de nosotros tiene valor, y si tenemos valor, tenemos que tener voz. Y el modo de tener voz es tener un voto que determine la dirección de nuestro país y de nuestro destino dentro de este país».

En nuestro país, parece imposible que el principal partido de la oposición entienda que la política no tiene nada que ver con una propaganda constante basada en insultos y mentiras. En nuestro país, el principal partido de la oposición desprecia a los ciudadanos hasta tal punto que, por no prepararse los discursos, sus líderes sueltan cualquier disparate convencidos de que colará. En nuestro país, el principal partido de la oposición no respeta el valor de los ciudadanos ni su capacidad de votar en conciencia; no respeta el valor de la democracia; no respeta el valor de la libertad. 

Dicen las encuestas que el principal partido de la oposición y el principal partido del gobierno están casi empatados. Al que piensa en su futuro y en el de sus hijos y en el  futuro del país en el que viven él o ella y sus hijos, le queda la esperanza, hoy fortalecida, de que en las elecciones prevalezca la razón y la voluntad de la mayoría de los votantes; de que a la hora de votar, la mayoría de los votantes demuestre la fe en sí mismos y la voluntad de trabajar para sí mismos y para su país.

Publicado por MARIA MIR-ROCAFORT - WEB

Bloguera. Columnista

4 comentarios sobre “La victoria del voto

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