Carta abierta al PSOE

Los partidos fascistas están amenazando a la socialdemocracia en todos los países civilizados creando un ambiente de gusanera. Y los partidos socialdemócratas se están demostrando incapaces de limpiar la basura que escampan los fascistas por doquier. Los partidos fascistas se ofrecen como columna fuerte a la que los ciudadanos pueden agarrarse para que no les arrastre el río de fango de los problemas del estado y de sus propios problemas personales. Y los partidos socialdemócratas pregonan su debilidad. Como no podía ser de otra manera, que dicen todos, los ciudadanos están votando a los partidos que, con su fortaleza,  les ofrecen protección aliviando sus miedos; los partidos fascistas.   

Surge de pronto en España un caso de supuesta corrupción espantosa. Los medios acuden prestos a la gusanera como gallinas hambrientas. Resulta que un subalterno de un ex ministro socialista consiguió comisiones por vender mascarillas; una cantidad ridícula en comparación con los millones de millones que han mordido y siguen mordiendo ciertos estafadores con categoría ejecutiva. Pasa que, como no se detecta en el gobierno corrupción alguna, los medios tienen que elevar las propinas que consiguen los conserjes a la categoría de escándalos para seguir alimentando los morbos que atraen audiencias. 

En España han armado tal revuelo mediático las comisioncillas furtivas que se llevó un asistente de un ex ministro, que el ruido ha ahogado todo lo que está sucediendo en nuestro país y en el mundo. ¿A quién le importa que se proclame amigo de Putin y enemigo de la OTAN un individuo que, estando evidentísimamente como un cencerro, aspira a convertirse en el próximo presidente de la nación más poderosa del mundo y que, según las encuestas, tiene posibilidades de ver su ilusión cumplida? ¿Que el triunfo de ese desequilibrado es señal de que el fascismo está amenazando a todas las democracias y de que podría contribuir a la victoria de un totalitarismo mundial? ¿Y qué? Esas son cosas de la política, tema prohibido en las casas de gente equilibrada que vive de su trabajo.  

En España, el PSOE está cayendo en la trampa de los fascistas y de los medios buscabullas a la caza de audiencias.  Despreciando la presunción de inocencia y las tres sentencias firmes que declaran organización criminal al PP, el partido fascista acusa de corrupción al subalterno de un exministro del PSOE, exige la renuncia del exministro al acta de diputado y hasta la explicación en el Congreso del presidente del gobierno. O sea, que se lanza fuerte. A esta reacción desproporcionada  y difamatoria, los líderes del PSOE responden a la defensiva repitiendo clichés tan trillados como el «Yo no fui» de un niño acusado injustamente. Dice una portavoz que el partido muestra tolerancia cero contra la corrupción. Ya. Después de oírle lo de la tolerancia cero sopotocientas veces a los de un partido fascista que podría causar problemas de superpoblación en las cárceles si la justicia observara estrictamente lo de la tolerancia cero con la corrupción, las protestas de pulcritud de los políticos suenan a los ciudadanos a discos rallados de la época del vinilo. Los ciudadanos ya no distinguen quién dice la verdad y quién no. Tampoco les importa. En el mundo entero está triunfando la estrategia fascista de ensuciar la política para que ninguna persona decente quiera acercarse a ese fenómeno pútrido y maloliente. Todos los líderes del PSOE que se han acercado a un micrófono han proclamado la inocencia del partido. Todos los medios han utilizado esas proclamas para decir que el partido está abandonando al ex ministro. ¿Se quedarían sin tema si el ex ministro renunciara a su escaño de diputado? Que va. Con el pus que va a segregar la amnistía, hay porquería para rato.

El PSOE tiene que decidir, y muy rápido, si le sigue el juego a los fascistas y a los medios o demuestra su respeto a la ciudadanía negándose rotundamente a comentar lo que no tenga nada que ver con los intereses cotidianos de la gente; objeto obligado de la auténtica Política con mayúscula. Claro que los fascistas y los medios acusarán a sus líderes de falta de transparencia, pero al ciudadano la transparencia se la trae al pairo. Al ciudadano le resuenan en la mente las palabras «salario», «pensión», «sanidad», «colegios» y asuntos que tengan que ver con su bienestar.

Los líderes del PSOE tienen que meditar hasta descubrir por qué acumula  votos prometer libertad para que cada cual haga lo que le dé la gana y por qué no los resta negar hospitales a ancianos enfermos causando más de siete mil muertes en circunstancias espantosas por denegación de socorro. ¿La gente está perdiendo la empatía, la humanidad? Tal vez. Lo que la gente no ha perdido es el interés por lo que le parece más necesario a cada cual para vivir como quiera.   

La época de los romances y las frases bonitas se acabó. Hoy la gente quiere pan y vino y por eso al pan, pan y al vino, vino y el que quiera lucrarse con follones que se monte un corto, una película o una serie.                        

Publicado por MARIA MIR-ROCAFORT - WEB

Bloguera. Columnista

2 comentarios sobre “Carta abierta al PSOE

  1. María, este artículo, es de una clarividencia tal, que resulta de obligada lectura. Efectivamente el PSOE, tiene que darse prisa a liderar toda la izquierda, pero toda. No puede estar dependiendo de las locuras que determinados individuos arrojan a Pedro Sánchez. Lo digo por los determinados elementos que sacuden dentro del partido. Ahora con el caso de Koldo, van a estar van a estar lanzando todos a una las mayores barbaridades contra la figura del Presidente del Gobierno. Me gustaría que alguien relacionara todos los casos de corrupción que han sucedido, desde el comienzo de esta democracia, hasta nuestros días, comparando el número de los acaecidos de la derecha y de la izquierda. Un gran avance.

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