El viernes amtepasado recibí la llamada de un amigo de mi padre que, con los años, se ha convertido en uno de mis mejores amigos en el pueblo. Llamaba para invitarme a una fiesta sorpresa que preparaban para celebrar, esa misma noche, el 50.º aniversario de su hija menor. Mi reacción inmediata fue de pánico.Sigue leyendo «Para eso son los amigos»
Archivo del autor: MARIA MIR-ROCAFORT - WEB
El orgullo de ser raro
Mirando hacia la cama, se puso una camiseta y un tejano que había elegido el día anterior con la intención de lucirse. Vio que su amante se despertaba, se desperezaba, la miraba, la veía y sus ojos, aún somnolientos, se iluminaban con una sonrisa. Se estiró la camiseta para que su amante pudiera leer loSigue leyendo «El orgullo de ser raro»
Y tú, ¿qué eres?
Creyó que aquel informe, ensayo, borrador para artículo o lo que fuera llegaba a una conclusión que concluía los interrogatorios. Pero los domingos, su psiquiatra le sigue preguntando; le sigue haciendo preguntas que son bisturís para que siga abriéndose en canal, y a la vez pinzas para que siga extrayendo de su alma objetos extrañosSigue leyendo «Y tú, ¿qué eres?»
Con el culo al aire
«¿Estás segura?», se preguntó a punto de modificar el bosquejo que tenía preparado para el artículo que pensaba empezar a escribir. «Te vas a quedar con el culo al aire», le advirtió el Pepito Grillo de su conciencia. «¿Y a mi qué?», le contestó sintiendo el alivio inmensurable que le habían regalado los años; laSigue leyendo «Con el culo al aire»
Escúchame
La vio alejarse en su coche; la fue siguiendo con los ojos hasta que el coche desapareció. Hasta la noche del próximo viernes, le dijo, se dijo. Los días de semana se le habían convertido en días de espera, en espera y nada más. El domingo por la mañana era el día de trabajo; elSigue leyendo «Escúchame»
¿Qué le ha pasado al amor?
¿Se puede tener una amante a los setenta y pico?, se preguntó mirándose en el espejo de cuerpo entero que se alzaba en el pasillo entre su habitación y el baño. Se puede si quieres morirte de miedo, le respondió la faceta más cruel de su razón. ¿Miedo de qué?, le replicó. Ponerse a enumerarSigue leyendo «¿Qué le ha pasado al amor?»
Como si la muerte no existiera
Respondiendo al aviso de la campanita de WordPress abrió los mensajes. Como siempre en primer lugar, el comentario a su último artículo de uno de sus amigos del alma. Le dice, «Escribes desde las entrañas, desde lo más profundo de tu memoria, de esas vivencias que, a veces, no queremos recordar, pero sin proponérnoslo, aparecenSigue leyendo «Como si la muerte no existiera»
El peligro de la resignación
Fue a buscar churros congelados a la nevera abierta. De la nevera abierta, llena desde hacía cuatro días con la gran compra mensual, no salía ningún mal olor. Por fortuna, una borrasca o algo así mantenía la temperatura ambiente de la cocina por debajo del más crudo invierno conocido. Echó los churros en la sarténSigue leyendo «El peligro de la resignación»
Sueño de amor
Del sueño erótico de la mañana anterior, ni rastro; solo la certeza de haber tenido un sueño erótico. Su memoria no se había quedado ni con las caras de los participantes. Claro, ¿cómo las iba a registrar si al cuerpo dominante solo se le veía la cabeza por detrás? Al cuerpo debajo de ese noSigue leyendo «Sueño de amor»